Y como acto de masoquismo decido besarte, sin importarme el por venir, las consecuencias y el dolor que voy a sentir cuando extrañe tenerte conmigo.
jueves, 11 de agosto de 2011
Ella baja la mirada, tiene vergüenza. Sabe que si lo mira a los ojos, él se dará cuenta de todo. Con una mano se tapa la cara, mientras la otra esta agarrada a la de él; no soporta más la tensión, levanta la mirada y se confiesa: Estoy enamorada. Él le dice que la quiere, la besa, se da media vuelta y no vuelve a mirar hacia atrás. Ella decepcionada pero con la conciencia tranquila se marcha sin volver. Él no deja rastro, ella no lo busca. Y con esto me doy cuenta que a veces ese “amor” que sentimos no es más que la necesidad de decir lo que nos pasa y una vez que lo hacemos, se va como vino.
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