Ahora ya está, todo se acabó, ¿no? Pues vale. Pero te tengo que decir que gracias, gracias de verdad por todo lo que me has hecho sentir, me has hecho sentir por primera vez en mi vida realmente feliz, ¿sabes? Y te lo agradezco porque no sabía qué se sentía al serlo, y gracias a ti lo sé; ¿que si lo echo de menos? Mucho, demasiado, echo de menos esa sensación de no poder parar de reírme, de imaginarte sonriendo gracias a mis tonterías; todo eso es lo que verdaderamente echo de menos, te echo de menos a ti, pero sé que a ti te da igual, y mira, si eso es lo que quieres, si sin hablarme es como realmente eres feliz, yo no voy a hacer nada para  impedírtelo. Y es más, espero que algún día consigas ser realmente feliz, como lo he sido yo contigo.